Friday, January 26, 2007
Saturday, January 20, 2007
Hay alguien especial para cada uno de nosotros; a veces existen hasta dos o tres personas. Son de distintas generaciones y viajan a través de las inmensidades del tiempo para encontrarse con nosotros. Su aspecto es distinto al de todos los demás, pero son reconocidos por nuestro corazón, por que los ha amado en la selva Maya iluminaos por la luna o en los antiguos jardines de un palacio Shogun. Con ellos hemos cabalgado en remotos ejércitos de guerreros y convivido en las cuevas cubiertas de arena de la antigüedad. Estamos unidos a ellos por los vínculos de la eternidad y nunca nos abandonaran.
Es posible que la mente diga: yo no te conozco…; pero el corazón si le conoce.
Cuando esa persona nos toma de la mano por primera vez el recuerdo de ese contacto trasciende el tiempo y sacude cada uno de nuestros átomos.
Te miro a los ojos y veo un alma gemela a través de los siglos. El corazón da un vuelco y todo lo demás pierde importancia.
Lo mas probable es que no lo sepas, pero debes sentir un vínculo que nos une.
Tus temores, intelecto y problemas forman una jaula que encierra tu corazón y no permite ser abierta. Me quejo y lamento mientras tú sigues tu camino.
Esa es la fragilidad del destino.
Es posible que la mente diga: yo no te conozco…; pero el corazón si le conoce.
Cuando esa persona nos toma de la mano por primera vez el recuerdo de ese contacto trasciende el tiempo y sacude cada uno de nuestros átomos.
Te miro a los ojos y veo un alma gemela a través de los siglos. El corazón da un vuelco y todo lo demás pierde importancia.
Lo mas probable es que no lo sepas, pero debes sentir un vínculo que nos une.
Tus temores, intelecto y problemas forman una jaula que encierra tu corazón y no permite ser abierta. Me quejo y lamento mientras tú sigues tu camino.
Esa es la fragilidad del destino.
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